21.1.13

Al colgar la bata blanca.

En sociología, más que en cualquier otra ciencia (o pseudociencia, eso lo dejo a opinión del lector), se plantea una cuestión problemática:
actuar como un científico implica aportar conocimiento extraído de la realidad pero no pretender cambiar dicha realidad. Es la diferencia planteada por Weber en El político y el científico.

Pero claro, aquí se plantea un problema. Cuando sabes que algo está mal, y que los que deciden deciden la opción equivocada, ¿qué haces?
Como científico, simplemente te callas y miras. O gritas y se te ignora, para este supuesto esos matices son insignificantes. No obstante, como persona que sabe que se está cometiendo un error, ¿no se debe hacer todo lo posible por evitar, o en su defecto, corregir dicho error?

Entramos en un doblepensar muy "orwelliano" que, si tratamos de resolverlo, nos deja un conflicto ético potencialmente preocupante. Al menos, para algunos. Está claro que hay quien ve en unos y ceros y todo es o blanco o negro.

En mi opinión, el conflicto entre la ética del científico y la ética del individuo refleja una contradicción en la propia fundamentación de la ciencia, tal y como está planteada actualmente:
uno es responsable de sus actos, al margen de qué o quién le dicte las órdenes.


Conflictos parecidos se han dado, y se dan en la actualidad. Por ejemplo, el caso de los soldados nazis.
La ética que su ideología se inculcaba chocaba con su ética personal (en muchos casos, no en todos). La forma de resolverlo: alcohol para no pensar en ello.
 Personalmente, no creo que huir de los problemas sea una solución. No se puede huir eternamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario