15.3.13

Cuestión de género

Recientemente he tenido una conversación interesantísima sobre lo concerniente al género en la sociedad, y como no puede ser de otra forma, inevitablemente he terminado pensando en el lenguaje.

Frase evidente: Nuestro idioma, en tanto al machismo o falocracia de nuestra sociedad, es altamente sexista. Ejemplo: el plural masculino se usa tanto en un grupos solo de hombres como en un grupos con hombres y mujeres.

No sucede lo mismo con idiomas como el inglés, por ejemplo.
Este idioma tiene perfectamente desarrollado el género neutro con IT.



¿Qué plantea esta situación en el panorama de la cultura española?

Al hablar mantenemos la desigualdad por la que tanto y tan activamente se está luchando hoy en día.

¿Opciones?

1- No tener en cuenta la sociología del lenguaje, seguir como siempre y simplemente alegar: "es que es una tontería mezclar churras con medinas; si es algo cultural, no hay por qué cambiarlo. Las palabras tienen el significado que uno le quiera dar, y si yo no soy machista, no tengo por qué cambiar mi forma de hablar."

2- Cambiar la forma de hablar, de modo que recurras a un uso cansino y agobiante uso de palabras en ambos géneros (todos y todas; o todas y todos). Esta salida es potencialmente problemática. En primer lugar, porque constantemente estás recordando una postura ideológica a cualquiera con el que hablas, y: ¿te imaginas estar hablando constantemente con la cara pintada de un determinado grupo político, plagado de chapas y publicidad constante sobre esa marca? A los cinco minutos, el spam abusivo causado hará que aquel con el que hables te mande a la mierda, sutílmente o no. Además, te enfrentas constantemente a pensar en lo que dices, cuando el habla es pensamiento-acción, o a veces ni eso (anótese que el lenguaje hablado está en contraposición con el lenguaje escrito, donde la cadena es: pensamiento-reflexión-acción).
Por último, aparece el problema de decidir constantemente que palabra pones antes que otra: no es lo mismo "todos y todas" que "todas y todos". En esta situación, hagas lo que hagas hablarás sin igualdad, a menos, eso sí, que con cuidada meditación y habilidad, vayas alternando el orden en el que usas las palabras para que sea simplemente cuestión de "casualidad" usar una u otra palabra primero.
En resumen: no es una opción demasiado eficiente.

3- Utilizar tanto el masculino como el femenino indistintamente para hacer plurales en los que habitualmente hubiese que utilizar el masculino. Por supuesto, volvemos a la misma situación de antes en la que tienes que procurar llevar siempre una alternancia correcta en el uso de los géneros.
Desde luego, este sistema no altera tanto los nervios como lo hace el anterior, además de ser más sencillo (dentro de la peculiaridad de hablar respetando unas normas concretas y especiales que se salen de lo habitual). Además, este sistema, si bien tiene carga ideológica que te posiciona a favor o en contra de ciertas corrientes causantes de tensión social, es considerablemente más moderada que en la opción anterior, siendo más comedida, menos extremista, e incluso hasta coherente.

4- No podemos olvidar otra alternativa: utilizar solo femeninos para los plurales, exceptuando aquellos que fuesen incondicionalmente masculinos (tales como "aquellos" para referirse a un grupo donde solo hay hombres). Sobre esta posición: un clavo no saca otro clavo.

5- Una última opción que se me ocurre, teniendo una capacidad tan limitada como tengo, consistiría en evitar con sutileza y habilidad todas aquellas palabras que tuviesen género. Esta forma de esquivar el problema con inteligencia se escapa a la mayoría de los mortales, que al quinto o sexto intento de encontrar un camino "libre de prejuicios" a la hora de hablar, desistimos con un desánimo palpable.
Desde luego, si se pretende evitar cualquier tipo de machismo o feminismo en el lenguaje, ésta es la única opción viable.

6- Se menciona desde la lejanía y con la boca pequeña la posibilidad de rescatar o crear de cero el género neutro del castellano. Desde mi punto de vista, todas aquellas palabras, conjugaciones y demás creados con el fin de evitar la desigualdad serán inevitablemente símbolos de la propia desigualdad, al haber surgido como consecuencia inevitable (es como la cruz de Cristo: en realidad es el modelo de cruz con la que los romanos crucificaban en aquella época, no al hijo del Dios Cristiano).



¿Son estas las única opciones?

Son las únicas que se me ocurren.


Llegados a este punto de la explicación, si la paciencia del lector a soportado tal despliegue de tonterías y evidencias, paso a proponer una solución, solo apta para aquellas personas con un marcado interés con respecto a este tema:

Partiendo del interactualismo simbólico, que se traduce en: la realidad se define en función de las interacciones de las personas, no hay una realidad objetiva (para más información, click aquí); en función de con quién hables, elige una opción u otra.

Casos:

- la segunda alternativa es la opción más apropiada para tratar con idiotas feministas, ya que, por una parte, no se darán cuenta del matiz del orden en el que usas la versión en masculino y en femenino de las palabras con género, por lo que con el simple gesto repetitivo de poner, por ejemplo "todos y todas", conseguirás encandilarlas y tener una interacción agradable (al menos para ellas);

 - la tercera opción solo es apta para personas con cierta capacidad, pues al no ser algo tan basto como el sistema anterior, las mentes más obcecadas y équidas (info de la palabra aquí) no se darán cuenta del matiz; y en tanto que son precisamente este tipo de mentes las que suelen encolerizar con más facilidad como consecuencia de la frustración de no terminar de entender el mundo que les rodea, es mejor simplemente utilizar la alternativa anterior y reservar ésta para aquellas personas en las que la cultura o la intención de impresionar influye sustancialmente (tales como expertos del tema, la chavala de turno que te quieres ligar, el grupito de colegas "mazo de solidarizados con la discriminación de género" o los "culturetas" baratos de medio pelo ante los que quieres lucirte).
En realidad, esta opción tiene un público objetivo muy concreto, al igual que un resultado óptimo si se hace bien, porque no solo actúas consecuentemente frente al machismo, sino que además con inteligencia (aunque tampoco mucha, no nos pasemos);

- la cuarta es útil para escaquearte de problemas cuando accidentalmente tu conciencia entra en contacto con la de alguna feminazi (o algunas, ya que aún no me he encontrado a ningún ejemplar de esta especie que no se mueva en manada). Tiene también un uso un poco más... oculto: si te va el sadomasoquismo, trollear o estar solo, el resultado es inmejorable; serás un completo capullo (y/o un tipo raro de cojones);

- sobre la quinta opción, la de evitar los conflictos, no hablo. Es utópica, es decir, sin fallos y sin posibilidades (reales) de hacerse realidad.


Pues bien, si has considerado apropiado gastar tanto tiempo en leer una absurdez de artículo tan largo y coñazo, debo decirte dos cosas: 

-la primera: yo soy más de Reverte, no me van estas gilipolleces; y en tanto que es mi opinión, y más aún, es una opinión fundamentada, debe respetarse dentro de los términos apropiados.

-la segunda: te sugiero que le des a alguien conocido una charla parecida a ésta, y cuando termines le digas: "¡Me cago en la puta, que charla te he metido!" o algún tipo de frase parecida. A esto se le llama incoherencia, y es extremadamente importante que seas siempre incoherente, porque sino la gente terminará despreciándote por ser mejor que la mayoría.

-la tercera: en serio, cuando publique esta clase de artículos, condenarme al ostracismo durante una semana, enviarme mensajes amenazantes o causarme algún tipo de mal que pueda asociar a esta clase de publicación para no repetirla.


En fin, "damos y caballeras", me despido de ustedes sin mayor pretensión ya, que recordar, con modestia y desdén (dado el cansancio adquirido con la redacción de esta breve (?) pesadilla), que todo lo mencionado anteriormente en este artículo por mi persona está solamente enfocado conforme al lenguaje oral hablado, no al escrito. Por escrito si es en internet pon @, y si se trata de un texto formal, ignora directamente éste artículo (menos aquellas partes en las que tu integridad virtual penda del uso o no de algunos trucos de supervivencia feminazi aquí mencionados anteriormente).

Pasen por favor un buen día/tarde/noche, y decidan lo que decidan, hagan lo que hagan, sean ustedes mismos los dueños de sus decisiones. Ya hay muchos títeres en el mundo.

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