28.3.13

Interacción

Como estamos en estas fechas tan señaladas en las que casi nadie presta atención a sus rutinas diarias, alterados por la "semana santa" y sus diez días (para algunos) de no hacer nada que no sea ocio, ocio y más ocio, limitaré lo máximo posible la producción de entradas en este blog hasta el fin de las fiestas.

Además, a fin de hacer más atractivo el dedicar unos minutos del día a la formación sociológica básica las entradas serán breves, y tratarán sobre algunos de los temas que más me gustan de la sociología.

El de hoy: tipos de personas en función del objetivo cultural y del mecanismo social utilizado para conseguirlo.

A primera vista, puede parecer un "coñazo", como decimos los estudiantes tan alegremente sin considerar las repercusiones sociolingüísticas y del género que esa palabra sugiere, pero la verdad es que es uno de los elementos más divertidos de la sociología: es puro cliché.

Así pues, y sin más dilación, os presento las cinco posibilidades en las que se engloban (o se pretende englobar) al total de la población:

- Conformista: aquel o aquella (este detalle del género lo pondré una única vez) que busca el objetivo cultural y busca lograrlo recurriendo a los mecanismos institucionalizados por la sociedad. Traducido a un lenguaje menos abstracto, se podría ejemplificar como: el típico hombre que aspira a tener una casa enorme, cochazos por valor de miles de euros, una mujer megadespampanante que sea culta, servicial y "poco remilgada en la cama", así como dos, tres hijos, más una casa en la playa, otra en la montaña, y todo ello sin olvidar el prestigio y el poder social asociados. Ese sería el objetivo cultural (con ciertas libertades literarias). Y por otro lado, lograr todo ello siendo trabajador, responsable y demás características que te enseñan como importantes en la escuela cuando tratan de convencerte de que la meritocracia funciona. Éste sería el mecanismo social (con cierto tinte valorativo propio).

- Innovador: éste es el caso de aquel que, buscando el mismo objetivo cultural, no recurre a los mismos sistemas sociales para alcanzarlo: estafadores, ladrones, capos, genios y demás personas a las que, generalmente, se tiende a temer y odiar como consecuencia de la envidia tan profundamente arraigada en la personalidad de cada uno.

- Ritualista: en mi opinión, el prototipo de persona más desarrollado en la sociedad actual. Esta clase de persona ha renunciado, por una razón u otra, a alcanzar los objetivos culturales. Sin embargo, no ha renunciado a los mecanismos institucionalizados. A modo de ejemplo recurriré a ese hombre de unos 45 años que lleva 20 años en el mismo puesto, sin pretensiones de ascender, con una vida llena de metas inalcanzadas que sigue llendo a trabajar todos los días puntual, servicial y dócil, sin mantener ya esa característica "llama vital" de la juventud de lograr lo imposible a fuerza de voluntad y de no contentarse con menos. Un ejemplo real y directo serían aquellos ancianos que, después de haber trabajado toda su vida en su propio negocio (pongamos, una panadería por ejemplo), siguen llendo a trabajar a sus 70 años sin cobrar un sueldo, simplemente porque es lo que han hecho siempre y no se plantean hacer otra cosa.

- Retraído: éste es el caso de los parias. No quieren lo que quieren todos, ni tampoco quieren hacer los que hacen todos. Viven en el campo con su huerto, duermen en la calle, no paran más de tres meses en un mismo continente... 
Ligado al tipo "retraído" aparece un quinto modelo:

- Rebelde: no se trata de un tipo con moto, chupa de cuero y tupé engominado que causa malestar en los pueblos a los que va, sino de aquel que, tras haber rechazado el objetivo cultural impuesto y haberse negado a aceptar una vida dominada por lo que hacen todos los demás, decide su propio objetivo, así como la forma de lograrlo. El rebelde no es malo ni bueno en la sociedad, sino que simplemente es un individuo diferente al resto. Si necesitas un ejemplo de rebelde, piensa en todo aquel retraído que es feliz haciendo lo que hace aunque tú no entiendas por qué o cómo.



Finalizo el que esperaba fuese un artículo breve y que ha resultado más largo aún de lo que estimaba oportuno para estas fechas de pereza generalizada.
Por supuesto, todos (o la mayoría) de los lectores se identificarán con el rebelde, el innovador o retraído, sea o no cierto. Por suerte o por desgracia, esto no es psicología, asique no hace falta justicar o demostrar el porqué de esa suposición.

Espero haya resultado una lectura interesante.

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